Anabel García Carabantes recibe la noticia de que tiene un cáncer incurable. Decide afrontar el tiempo que le queda y organizarlo todo, hasta su amortajamiento, de la misma manera que ha intentado hacer siempre: investigando, cuestionando los cánones establecidos y actuando según criterio propio, no ajeno. Así es como ha ejercido su profesión como matrona durante 35 años, lo que la ha llevado a convertirse en una figura de referencia. La cuenta atrás ha comenzado, su primer paso: hacer un documental porque – lo que no queda grabado, no existe-.

La vida de las afganas se ha convertido de un día para otro en una pesadilla propia de una película distópica. Muchas han tenido que huir, pero otras han decidido quedarse y luchar para defender sus derechos. Estas mujeres, víctimas de un apartheid de género que pretende hacerlas desaparecer de la vida pública, son la última esperanza de un país que hoy está al borde del colapso.